6 sept 2012

¡Que despierte Londres que el Gallo Dax Jaikel llegó!



Hacia Londres se había dirigido días atrás con grandes ánimos de representar al país en las para olimpiadas. Aunque atrasos y problemas tuvieron para llegar… Londres recibió a la familia del Gallo (Dax Jaikel) porque Adriana y Thea (su esposa y su hija) iban a su lado a apoyarlo.


Muy atentos a las noticias estábamos los seguidores del ciclismo, de los paralímpicos y del gran Dax.

No hubo comunicadores presentes que nos informaran que pasaba con Dax, -como era de esperarse- pero teníamos una ventaja… Adriana, la esposa, lleva en su sangre el periodismo y fue nuestra colaboradora especial.

Llegó miércoles 5 de setiembre; en horas de la madrugada iniciaba la carrera -3:50 a.m. para ser exactos- contra reloj individual, Dax nos había dicho que iba a intentar estar en el top ten, aunque era difícil, porque ahí todos son ¡luchones! ¡Y todos son ganadores!

Ingresamos a la página de los juegos paralímpicos y… ¡Vaya sorpresa! ¡No nos entró la señal! No podíamos ver la carrera… pero ¡qué más da! Esperamos pegaditos a la página y notamos que estaban pasando los tiempos, y esperamos… esperamos a que apareciera el Gallo, ahí estaba su nombre… en la clasificación del C4… empezaban a aparecer los tiempos… iniciaban algunos corredores a instalarse en las primeras posiciones…


Se asomaban las posiciones 1,2,3 y nada… ningún Gallo… 4,5,6 intentando no comernos las uñas… 7 y … 8 ¡AHÍ ESTABA! Jaikel se había adueñado del número 8 pero… faltaban corredores por salir… seguíamos en la zozobra… no queríamos que nadie hiciera un mejor tiempo que el tico… salían los últimos pedalistas y Dax Jaikel seguía de octavo… y...  ¡llegó el último corredorr! Y el número 8 era todo de... ¡¡¡Daxxxx!!! Así le regala un pedalista a Costa Rica un TOP 10 en Juegos Paralímpicos 2012.


4 sept 2012

Dax Jaikel Un Atleta de Hierro!


Una tarea de universidad me acercó a una historia inspiradora; una entrevista que sin saberlo dejaría una marca en mí como periodista, como persona y como ciclista.
 
Me correspondió contactar a un hombre muy ocupado, interrumpí varias reuniones de su trabajo, sumados a la perturbación de la tranquilidad en su casa –para lograr encontrarlo- ¡pero valió la pena!

Entre las precisas y el estrés, detrás del teléfono se percibía a un hombre serio y de pocas palabras, un tanto reservado y hasta un poco apresurado, pero con un positivismo ilimitado.

A Dax Jaikel un accidente le dejó por inseparable compañía una prótesis, que desde hace cuatro años, es cómplice de grandes esfuerzos y que se ha convertido en testigo fiel, de sus luchas en las  competencias de ciclismo de montaña y carretera.

Dax, es una persona que te contagia de un especial amor por la vida, que te invade de positivismo y que su característica soberbia te inyecta de ganas incontables de superarte.

Su prótesis, sus dos bicicletas y un sinfín de sentimientos encontrados, lleva un hombre de acero en su maleta hacia Londres. Preparó sus últimos pedaleos y está listo para enfrentarse a lo que será la presentación de un corredor que estará en las mejores posiciones.

Y aunque es un hombre bastante discreto, se le llenan las palabras de amor, he imagino sus ojos iluminados, cuando menciona que sin su esposa no lo hubiera logrado.

“Nunca tuve un sueño olímpico pero mi esposa me impulsó. ¡No quería ir! En la fecha de la competencia cumplíamos 10 años de casados y no quería estar lejos de ella, me convenció, fui a Canadá a la carrera y ahí logré la marca de clasificación” Dax Jaikel.

Un sueño que no tenía, ahora lo vive sin ataduras, es una persona ambiciosa, alguien que le gusta hacer las cosas bien y exigirse al máximo porque sabe que es capaz de alcanzar lo que quiera –y lo ha demostrado-

 “Yo lo obligué, y ahora me siento culpable” Adriana Quesada, periodista y esposa de Dax, quien con un tono de angustia resume los esfuerzos y el sacrificio que realiza su esposo para trabajar, entrenar, comer bien e intentar dormir, aunque lo haga poco, describe el sentimiento como: “¡Una tensión emocionante!”

Detrás de cada hombre, hay una gran mujer –dicen por ahí- y lo confirmamos con esta pareja…el hecho de escuchar a Dax y a Adriana hablar con tanto amor el uno del otro… es como situarse en otra época; es tan…  –hasta las lágrimas de ternura me sacaron-  y aunque hablé con ellos de manera separada era… como tenerlos en frente a ambos.

Es un sentimiento indescriptible, envuelto en una capa de cuenta de hadas, cortados tan a la mitad, y unidos por un amor que ha superado situaciones difíciles –como el accidente-  pero que sigue ahí, un amor que rompe las distancias (cuando Dax corre lejos), un amor por un deporte que unió a esta pareja a vivir un sueño Olímpico.

Un amor que ha llevado a Adriana a acompañar a su esposo a Londrés.  y se encuentra con él en este momento, contando las horas para que Dax dispute su primera carrera la contra-reloj individual mañana a las 3:50 a.m