21 ene 2015

¿Yo también soy Charlie? / Je suis aussi Charlie?


 
 
 
 
 
 
Mi interrogante nace a partir de los ataques terroristas del 07 de enero, donde dos hombres arremetieron contra la vida de los periodistas de la revista Charlie Hebdo, en territorio francés.

¿Quién es Charlie?

Es una revista que se define, textualmente, como: “un periódico irresponsable” Otros la definen como una revista satírica, e  irrespetuosa por burlarse de la fe.

A simple vista, Charlie es un periódico diferente a los demás, que generalmente utiliza caricaturas para expresar sus contenidos; un periódico que no tiene miedo de hacer y decir. El problema de Charlie es que basa sus dibujos en personajes religiosos como Mahoma y el Papa, entre otros.

No soy lectora de dicho periódico, tampoco diré ser seguidora sólo porque es el tema que está de “moda” lo que sí he de decir es que matar sigue siendo malo en la religión que sea que sigamos.

Fueron 12 los periodistas asesinados, a quienes fueron a buscar a su trabajo, preguntaron sus nombres, dieron con sus oficinas y sin titubear los mataron a sangre fría.

La libertad de expresión estaba basada, en este caso, en la línea editorial de este periódico francés, la cual no tenía límites, las caricaturas se convirtieron en provocaciones para los islamitas, quienes veían como ofensivas todas las imágenes donde aparece Mahoma.

Y no es la primera vez Charlie Hebdo sufre ataques, en 2006 habían incendiado su sala de redacción y recibían continuas amenazas, y hasta llegaron a contar con protección policial en todo momento.
 

Pero: ¿quién tiene la verdad?

·         ¿Somos Charlie para defender la libertad de expresión?

·         ¿O nos convertimos en islamitas para defender el ataque a las religiones por parte de Charlie Hebdo?

La libertad de expresión es un derecho humano, expreso en la ley universal, donde se pueden realizar investigaciones y publicaciones sin tener una barrera que pueda detener las palabras.

Charlie no quebró ninguna regla al realizar las publicaciones debido a que el Corán no prohíbe explícitamente las imágenes de Mahoma.
 
Pero matar… ¡insisto! Matar sigue siendo matar. Y es aquí donde el islam se convierte en fanático del islamismo y terminan causando masacres terroristas, como lo ocurrido en Francia.

Si comparamos estos dos escenarios con un cuadrilátero de peleas, en una esquina  tendríamos dibujos y, en la otra, estarían las balas.

Una opinión o una imagen insensata o de mal gusto, sino provoca directo a la violencia, no debería impedirse.

Entre las consecuencias del ataque se hicieron presentes varios incendios donde también  se  perdieron vidas, se realizó también una marcha para recodar a los periodistas que murieron que este acto. Pero  no todo fue negativo, Charlie Hebdo pasó de vender 60 000 unidades a 5 millones de ejemplares.
En su primera publicación después de los hechos terroristas, Charlie Hebdo  volvió a publicar en su portada  a Mahoma, y dentro de sus acostumbradas  16 páginas también sacó a relucir la denuncia realizada por el Papa Francisco acerca de la pedofilia, tratando de dar el mensaje de que “El Papa también es Charlie”, (por denunciar  públicamente la “verdad” acerca de los hechos escondidos del vaticano). 
 
El periódico intenta dar a entender que la revista satírica dice la verdad a pesar de colocar imágenes sobre religión; después de esta publicación la máxima figura del vaticano, cambió su opinión sobre el concepto que tenia de la noticia. (Esto a pesar de tener imágenes grotescas sobre la publicación del Papa).

Este no es un periódico que regalan en las calles, son páginas que tienen un costo, que la gente las busca, las paga y las lee, por lo tanto, los lectores son los que han decidido ser seguidores de “CH” ellos son los que lo mantienen vivo. Y aunque posiblemente si no incluyeran las caricaturas serían ediciones un poco más serias y hasta denunciantes y no tan satíricos como actualmente.

¿Soy o no soy Charlie?

 Si nos basamos en reglas, en decir la verdad,  en defender ideales, en no tener miedo, entonces:

 ¡Yo soy Charlie! como periodista, como defensora de lo espontáneo, de lo creativo, de los nuevos conceptos, y del trabajo investigativo más allá de las imágenes.

Y no estoy tan de acuerdo con las imágenes, pero ¡cada artista se expresa con el don que lleva consigo! Tampoco considero que un dibujo pueda llevar a la paz o causar la guerra.

Un dibujo se puede borrar pero una vida no se puede restaurar…